No tienen remedio: todo lo politizan
Álvaro Sanjuán
Por enésima vez, el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, marcó la agenda nacional al nombrar a Lenia Batres Guadarrama, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Desde que perdió AMLO la mayoría calificada en ambas cámaras, sus reformas como la electoral y al poder judicial no pudieron pasar. Intentó; pero no pudo quitarle a la SCJN 15 mil millones de pesos. Las ministras y ministros conocen muy bien las leyes, pero también, las reglas del juego de la política mexicana. Dicho de otra manera: son ministras y ministros, pero saben del poder político que tienen en sus manos.
Pero eso es, una costumbre del poder de la clase política mexicana; politizar todos en los medios, según sea del asunto que se trate, lo que importa al final, es como llevar votos a las urnas en 2024. Hace unos días, el presidente López Obrador de acuerdo con las facultades que le otorga el artículo 96 de la Constitución política, nombró a Lenia Batres Guadarrama, como ministra en sustitución de Arturo Zaldívar. Y como las y los senadores del bloque opositor no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa, decidieron no apoyar la terna que envió el presidente para elegir la ministra, con pleno conocimiento de lo que iba a suceder. El artículo 96 de la Constitución política de los estados unidos mexicanos, entre otras cosas establece: “para nombrar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia Nacional, el presidente someterá una terna a consideración del senado”. Esto significa que es responsabilidad de las y los senadores de la República, nombrar con la tercera parte de los votos para cubrir la vacante que dejó el exministro Zaldívar. De sobra sabían las senadoras y senadores del PRI y del PAN, y quienes los apoyaban, los votos que se necesitaban y un plazo de 30 días para ponerse de acuerdo. Así lo ordena el artículo 96 constitucional. Tampoco ignoraban que se necesitaban las dos terceras partes de los votos y como usted sabe, en dos ocasiones se votó y no hubo acuerdos, es por ello por lo que, todo quedó en las facultades del presidente. El haber nombrado a Lenia como nueva ministra de la SCJN López Obrador solo hizo lo que establece el artículo 96 de nuestra Constitución política. ¿Qué hay de fondo político en el desenlace de la nueva ministra? ¡Ya adivinó! Toda gira en torno a la elección presidencial y todo lo que significa en 2024.
Por este motivo, la oposición no pudo acusarlo como lo hacen cada vez que pueden, al presidente López Obrador: de haber violado la constitución. Pero en cambio, al quedarse sin argumentos los voceros del Frente Amplio Opositor, lo señalaron de autoritario, dictador y de ser el primer presidente de México que pone a una ministra en la SCJN. ¿Por eso lo llaman autoritario y dictador? Entonces, ¿Por qué no se hizo antes una reforma al artículo 96 de la constitución, para evitar que un presidente se convirtiera en autoritario y en dictador? Muy sencillo: las senadoras y senadores opositores en el senado de la República quisieron politizar el tema para llevar “votos a su molino”. Por muchas razones que serían motivo de un ensayo, antes nunca les preocupó el artículo 96 en mención, tampoco se imaginaron que, en este país, un día comenzarían a cambiar las cosas.
¿Cómo olvidar los tiempos cuando no pasaba nada en este país, el “México de mis recuerdos” o “como México no hay dos”? Los presidentes de la República, emanados del PRI y del PAN, pusieron ministras o ministros en la SCJN, facultados por el artículo 96 constitucional y nadie los acusó de autoritarios o dictadores. Ejemplo: Eduardo Medina Mora, pasó de la PGR a ministro de la corte en los tiempos de Enrique Peña Nieto. Hubo protestas, se juntaron miles de firmas en su contra, afuera del senado en aquellos días había una pancarta entre miles que decía; “no queremos abortos rápidos y furiosos”. ¿Alguien señaló en ese entonces de autoritario y dictador a Peña Nieto?
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