Por: Lily Ortiz
A propósito del 10 de mayo, ser madre implica muchos retos.
Ser madre es una de las satisfacciones más grandes que como ser humano se tiene, el amor a los hijos es indescriptible, todo lo bello y bonito de la maternidad no está en duda, lo cierto es que también es una de las tareas más difíciles de la vida, porque no solo es tener que cuidar a alguien que depende de nosotras, es criar, es guiar, educar y entre todo eso intentar seguir estudiando, trabajando o mantener un hogar cuando se es jefa de familia.
Datos del INEGI el total de mujeres de 15 años y más al menos tienen una hija o hijo, 46.5% estaba casada, le siguen aquellas que viven en unión libre con un 20.5%; viudas 12.0%; solteras 10.4%; separadas 7.5%.
Si bien se ha avanzado en los últimos años en que los roles en cuanto a la responsabilidad con los hijos sean equitativos, aun así existe una brecha para lograr este 50 y 50, finalmente siguen siendo las mujeres madres las que muchas veces tienen que decidir el trabajar y/o estudiar o quedarse en casa a cuidar a sus hijos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el cuarto trimestre de 2023, siete de cada 10 mujeres de 15 años y más son madres. Por grupo de edad correspondería un 6% de entre 15 a 19 años, un 44.9% jóvenes de 20 a 29 años y esta cifra se incrementa a nueve de cada 10 en las mujeres entre los 40 a 49 años que han tenido por lo menos una hija o hijo.
Según la ENOE, en el país residían 38.5 millones de mujeres de 15 años y más que eran madres; tres de cada 10 mujeres que se declararon madres son jefas de hogar, estamos hablando de 11.5 millones de mujeres en todo el país, que tienen la responsabilidad solas de sacar a su familia adelante.
El porcentaje de madres que trabajan va a la alza, de mujeres de 15 y más fue de 46.1%; de edades entre 40 a 49 años es del 60%; el grupo de mujeres entre 30 a 39 años con un 58.4%; y de 50 a 59 años el 52.2%.
La realidad del día a día obliga a madres salir a trabajar, seguir estudiando, ser el pilar de una familia en el sustento económico. Y luego son a aquellas a las que malamente se les llama “mamá luchonas” bajo un término despectivo o de ofensa cuando no debería de ser así.
Resulta increíble que en pleno siglo XXI aún se siga cuestionando el rol de la mujer, sobre si es madre, cuántos hijos decide tener o en su caso si dentro de sus planes nunca está el de ser mamá, como si serlo fuera una obligación natural cuando no lo es; incluso ser madre soltera sigue siendo tan señalado como si fuera malo, cuando no se dan cuenta de que mamá e hijos son familia.
No debería, pero hoy aún las madres se debaten entre la decisión de trabajar y dejar encargados a los hijos ya sea con familiares, guardería o escuela y perder tiempo con ellos o quedarse en casa dedicarse a la maternidad al 100% y sacrificarse su vida laboral y profesional.
Se sigue exigiendo a la mujer que trabaje como si no tuviera hijos, pero a la vez se presiona a que eduque con calidad como si no tuviera un trabajo. Empatía es lo que debemos practicar con cada madre, con cada mujer que día a día se levanta y da lo mejor de ella para hacer de sus hijos e hijas gente de bien, y a la vez contribuir a que este mundo tenga mejores personas.
A ti madre te abrazo, te entiendo y te valoro el esfuerzo, dedicación, entrega y sobre todo amor que le pones a cada una de las cosas que realizas en el día a día, aunque sientas que nadie lo ve y lo valora algunas veces, los ojos de tus hijos siempre lo observan.
¡Felicidades, mamás!
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