Por: Lily Ortiz
El feminicidio que consternó a Durango
En múltiples espacios, hemos hablado de la violencia que diariamente se ejerce en nuestro país contra las mujeres y niñas, no es un secreto que este es un problema social, y no es propio de ninguna entidad federativa de ningún municipio, colonia o fraccionamiento; es un tema que lamentablemente está generalizado y sucede día a día.
Pero sin duda, hay hechos que marcan e indignan a la sociedad, por la manera tan atroz en las que se realizan; en México diariamente se asesinan 11 mujeres por el simple hecho de serlo, un día sí y el otro también los abusos sexuales, agresiones, golpes son estadísticas que enmarcan las noticias.
Durango se consternó desde el pasado domingo cuando supimos de la muerte de Eva Liliana Montelongo Hernández, conocida por las personas cercanas, por sus familiares y amigos como “Lili”, una joven mujer de 35 años que a decir de sus amistades, era una persona amable, amistosa, honrada y alegre; esa alegría que se apagó el domingo a manos de un hombre, al parecer plenamente desconocido para ella.
“Lili”, seguramente nunca pensó que la muerte la alcanzaría en su centro de trabajo (Coppel) cuando desempeñaba sus actividades propias, como lo hacía cualquier día de manera cotidiana, y que de un momento otro cambiaría el rumbo de su historia, jamás pensó que fuera a manos de un completo desconocido que de esa manera iba a terminar su vida.
En el baño, de su lugar de trabajo, una tienda departamental denominada “Lili” luchó por su vida, donde fue golpeada, amagada para evitar que pidiera auxilio, abusada sexualmente y finalmente estrangulada hasta llevarla a la muerte. Algunas versiones dicen que ella luchó, y seguramente fue así al ver que su vida estaba en peligro, pero donde lamentablemente no pudo salvarse.
Estos hechos causaron indignación, enojo y diversas manifestaciones, algunas pacíficas, otras no tanto, al grado de qué no únicamente se pusieron veladoras y algunas ofrendas a las afueras del lugar de trabajo, sino que en el calor de la manifestación afloran aún más los sentimientos y se prendió fuego a la misma tienda, hechos que algunos pueden reprobar, que pueden llamar injustificables o exagerados, pero lo es cierto es qué sí afortunadamente no hemos estado en una situación así no podemos señalar con el dedo de bueno o malo estas acciones.
Dante Yahir, un joven de 20 años y quien se desempeñaba como mesero en un restaurante de la capital, quién fue señalado aprendido y encarcelado por el feminicidio de “Lili”, fue este martes cuando se llevó a cabo la primera audiencia de formulación de imputación, donde durante el proceso el señalado se declaró responsable de lo que se le acusaba, argumentando que fue bajo los efectos del alcohol y de alguna droga, que hizo lo que hizo; y no, para nada y nunca será justificado el hecho que se dañe las mujeres y a cualquier persona por ninguna situación o efecto de algo secundario.
Fue un hecho que ahora ha enlutado a una familia donde un papá, una mamá se han quedado sin su hija, donde ahora sus hermanas y su hermano le lloran y la recuerdan, donde muchas dudas seguramente han salido por parte de todos ellos ¿por qué “Lili”?, ¿porque así? ¿Porque ese día?, y tal vez son cuestionamientos de los que nunca se van a tener respuesta.
La ciudadanía ha pedido, exigido justicia, pronta y expedita, que si bien en nada repara el daño que ya está hecho y que no hay vuelta atrás de lo sucedido, si por lo menos a su familia, el que se le haya dado una sentencia a Dante Yahir de casi 60 años de prisión por feminicidio y por los demás delitos y actos que se le hayan imputado, pudiera dar en cierta manera ese sentimiento de que una parte en la tierra se hizo justicia.
Hoy la voz de la ciudadanía, decenas de mujeres de la propia familia de “Lili”fueron escuchadas, algunos podrán decir que es justicia o que no lo es, pero si hay algo que destacar, es la pronta reacción de las autoridades; y qué bueno que fue así, que el responsable está tras las rejas y que habrá de pagar lo que hizo y que le ha caído el peso de la ley.
“Lili” ya no está en este plano terrenal, como muchos no tuve el gusto de conocerla ni siquiera de vista, pero la empatía claro que está como mujer, como ser humano, como duranguense, tanto con ella, con sus padres, con su hermano, con sus hermanas y con todos aquellos que si la conociera y en vida la apreciaron.
