La diferencia en algunos, es la placa
Dicen que 250 mil ciudadanos se juntaron en el Zócalo para vitorear a AMLO.
Póngale que haya sido la mitad.
Póngale que la otra mitad fueron acarreados, pero no podrá negarse el arrastre que se trae todavía el tabasqueño y aunque ya no esté en las boletas electorales, va a incluir en la decisión de los “chairos”. Y en México la mayoría son “chairos”.
Tan barberos ni me gustan.
Que gracias a que el señor gobernador ordenó bombardear las nubes, es que ya se presentó la lluvia.
No sean mamilas.
Hay una tendencia a impedir que se propaguen las canciones que alaban a los narcos y en general a los delincuentes.
No nos extrañe, el pueblo se identifica más con la delincuencia que con la policía, quizá porque la diferencia sea nada más que unos traen placa.
Dentro de la administración municipal hay un funcionario que es muy modesto, no es amigo del protagonismo, pero es muy capaz y muy honesto, se llama Mario Pozo Riestra y es el juez municipal, pa’ servir a Dios y a su merced.
De todas partes se quejan de los constantes apagones, de lo mal que anda el servicio eléctrico.
¿Y qué? A Manuel Bartlett en el 88 se le cayó el sistema, ahora se le caen las cuchillas.
Impresionó la marcha de los LGBTQ+ del domingo en la tarde.
Cubrieron la avenida 20 de Noviembre y los que son dados a los cálculos, aseguran que había más de 10 mil.
Y que ahora hay más LGBTQ+ que en tiempos pasados.
No hay más, lo que pasa es que con la tolerancia muchos agachados se decidieron a salir del clóset.
Y por otra parte, qué bueno que dejó de satanizárseles.
Pero por favor, no lo vayan a hacer obligatorio.
En el acto de entrega de la presea Carlos Patoni a la científica María Teresa Alarcón Herrera, habló Héctor Arreola Soria.
Que tiene su presencia profesional y social ni duda cabe.
Pero a muchos no les gustó cómo se prodigó en barbeadas para el gobernador.
A qué le tira Héctor, no creo que lo llame.