Los inicios de la historia de la máxima casa de estudios en Durango fueron recordados por los universitarios como un homenaje a los 164 años de la fundación del Colegio Civil, antecedente de la Universidad Juárez, en una ceremonia encabezada por el rector Rubén Solís Ríos, acompañado del secretario general, Julio Gerardo Lozoya Vélez y del decano, Eduardo Campos Rodríguez.
La ceremonia solemne se desarrolló en los pasillos del Edificio Central, donde sólo estuvieron presentes los directores de las escuelas, facultades e institutos de la UJED con sede en Durango.
Los directores de las Facultades de Gómez Palacio y la comunidad universitaria en general pudieron seguir la ceremonia a través de la transmisión en vivo que emitieron TVUJED y Radio Universidad, así como por las redes sociales oficiales.
El discurso corrió a cargo del distinguido maestro universitario, y uno de los mejores oradores que ha dado Durango, Enrique Torres Cabral.
En él realizó una semblanza sobre los acontecimientos del 15 de agosto de 1856, fruto de una investigación compilada a través de los diferentes decretos que se emitieron y que en su contenido muestran fehacientemente cómo y cuándo el Gobierno del Estado fundó y estableció la instrucción de la educación secundaria.
En su reseña, Torres Cabral resaltó que “… hace algunos años, en la ceremonia para conmemorar el Centenario del Colegio Civil, se dio lectura al poema “Buenos días, abuelo”, dela autoría de Carlos Duarte Moreno; bello texto compuesto para tan significativa celebración.
Destacó que en ese poema se resaltan palabras alusivas como “… la educación en Durango inicia con paso firme y laico, que hoy como Universidad Juárez continúa fortaleciendo su andar después de más de siglo y medio de existencia”.
“El antecedente más lejano de nuestra gloriosa institución, como llamaran con emoción en nuestro himno a la Universidad los maestros Alfredo A. González y Héctor García Calderón, los describe magistralmente el historiador José de la Cruz Pacheco Rojas en su libro ‘El Colegio de Guadiana de los Jesuitas 1596-1757; Notas para la Educación y la Cultura de Durango’”, recordó.
Subrayó que ahí el historiador señala que la llegada de los jesuitas a México fue en 1572 y que fue hasta 1596 cuando, mediante escritura, la tierra que hoy se tiene, además del área comprendida entre las calles Constitución, Pino Suarez, 5 de Febrero y Zaragoza, fueron cedidas a los jesuitas para la edificación de su fortaleza educativa.
“La semilla de la sabiduría y la enseñanza ya se sembraba en estas hectáreas donde ahora, en una parte de ellas, se erige nuestra Universidad Juárez del Estado de Durango. De 1596 a 1767 fueron 171 años de siembra de cultura, aunque en un principio no era de importancia como para hablar de Colegio, nos dice el historiador Pacheco, ya que los jesuitas veían diferencia entre residencia y Colegio”, pronunció Torres Cabral.
Añadió que después del Colegio de los Jesuitas, de espíritu crítico, el bello edificio que hoy alberga las áreas administrativas de la UJED fue hogar del Seminario, centro también de docencia hasta su clausura en 1859 por las Leyes de Reforma, tema que en relación con Durango el historiador aborda en su obra Las Leyes de Reforma y su Impacto en Durango 1854-1861.
Cabe mencionar que el Colegio Civil del Estado abrió sus puertas el 15 de agosto de 1856 en la casa marcada con el número 700 Pte. de la calle Negrete, solamente con dos escuelas: Preparatoria y Derecho. El Decreto que creó este centro de cultura, constaba de 15 artículos.
La fundación del Colegio Civil del Estado fue obra de un grupo de duranguenses que se interesaban por la educación de la juventud. Este grupo estaba integrado, entre otros, por los señores Francisco Gómez Palacio, Luis de la Torre, José María Hernández, José María Barrios, José María Guerrero, Cayetano Mascareñas, Toribio Bracho y Aniceto Barraza.
El Gobierno del Estado, con fecha 10 de abril de 1856, nombró como primer director al distinguido intelectual duranguense Don José María del Regato, y como subdirector al conocido literato, Lic. Francisco Gómez Palacio.
Y en 1872, después de la muerte del prócer Benito Pablo Juárez García, el nombre de Colegio Civil pasó a Instituto Juárez, como su esencia, “… y hasta la fecha el nombre de Juárez es esencia de nuestra Universidad, de nuestro espíritu universitario, lejano y ajeno a la educación privada, y lejano y ajeno a la educación que atente contra la libertad religiosa”, resaltó el orador.
Aseguró que la Universidad Juárez es una institución que ha sabido combinar tradición y modernidad, porque se encuentra en su esencia la simbiosis perfecta entre ciencia y humanismo; de ella han emanado la mayoría de los gobernantes del estado, legisladores, magistrados, jueces, líderes sociales, científicos y artistas.
Cabe recalcar que la máxima casa de estudios en Durango ha sabido trascender de Colegio Civil, pasando por Instituto Juárez, hasta hoy como Universidad Juárez del Estado de Durango y por acuerdo de su comunidad ha planeado su futuro y ha plasmado su misión y visión, de donde egresan alumnos que se han colocado en las mejores esferas estatales, nacionales e internacionales.