Frente al acomodo discrecional de las principales posiciones en la lista de candidatos plurinominales que hizo el CEN del PRI, encabezada por el propio “Alito”, lo que pareciera ser a la vista de todos un simple “agandalle”, invita a pensar que se trata de una protección ante la eventual ”pérdida” de la apuesta que hicieron tras la conformación de la alianza Va por México.
¿Qué ven los líderes priistas en la próxima elección?
El rumor de un posible abandono o traición a dicha alianza en la mitad del camino no desaparece. El posible acuerdo de quienes deciden en el PRI nacional con el Presidente de la República es latente; por ello, tal especulación cobró sentido para algunos, tras la colocación de sus principales aliados, amigos y familiares en las posiciones de privilegio.
Con ese contexto, líderes priistas aseguran que el rumor es tan erróneo como perverso. Explican: la unión con los partidos Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), en la cruzada por rescatar la mayoría en la Cámara de Diputados inició con 170 distritos federales. Sin embargo, en el desarrollo de los procesos internos para la selección de candidatos, la alianza ha crecido a más de 210.
Al arranque, el PRI se colocó encabezando el mayor número de distritos, seguido de panistas y luego de perredistas. Hoy, con el crecimiento de la coalición, esa posición se ha fortalecido. Acordó con el PRD mandar en los distritos de éste candidatos priistas –al menos 20-, además de los propios que de otros estados se fueron sumando a la alianza.
Eso, dicen, mata la especulación del supuesto abandono. Contrariamente, ir junto a dos partidos más, principalmente con el PAN, representa una gran área de oportunidad en el objetivo que da origen a la alianza.
No obstante, habrá que analizar los perfiles de esos candidatos que incluyó en la nómina perredista para competir en los distritos que le fueron asignados. Pudiera realizarse un escrutinio para determinar si ellos o ellas son competitivos o no.
En Durango, por ejemplo, concretamente en el distrito 03 federal seleccionaron a la alcaldesa de Cuencamé, Luly Martínez, un liderazgo municipal fuerte, pero que en el resto de la circunscripción no tiene peso político, sobre todo en Lerdo, donde se concentra casi el 40 por ciento de la votación.
No es una candidata que de botepronto anime a pensar que tiene ganada la elección. Si, como se dice, Carlos Aguilera, exalcalde de Lerdo, es postulado por Movimiento ciudadano, sus posibilidades disminuyen; y más, si Ulises Adame, varios exes en la entidad, es candidato por el partido Redes Sociales Progresistas. Ambos personajes de origen priista, debilitarían mucho las aspiraciones de la aliancista alcaldesa porque ellos le llevan una gran ventaja: son de Lerdo y han trabajado el distrito desde hace algunos años.
Ese tipo de nominaciones abren la puerta al rumor, al chisme y a la especulación. Pero también hay argumentos como los ya enunciados de sus posibles adversarios; y está también la inconformidad de los lerdenses, porque ningún priista nacido en el municipio fue considerado para este proceso electivo; ni lo es la candidata al distrito 13 local Susana Torrecillas, como tampoco lo es su esposo, el alcalde Homero Martínez.
Aunque nada está perdido, tampoco se ha ganado. Aún falta lo que haga el Presidente de la República, más allá de los becarios que se incrementaron en Durango hasta 410 mil al igual que sus cuotas. El tema es el rumor de la posible salida del PRI de la alianza a mitad del camino. Por eso la pregunta: ¿es un Caballo de Troya? Tiempo de rumores.
Amaury Alvarado