Ignacio Mier, delegado de MORENA en Durango, vino, revolvió y se fue. Dejó una lista de candidatos uninominales y de representación proporcional discutida, rechazada y, próximamente impugnada.
Hizo acuerdos “en corto” –que fue a lo que le mandaron- no escuchó el clamor de aquellos que siempre jugaron con su partido, sembró a los que en derecho les correspondía competir nuevamente y, con ello, cosechará adversidades.
En Durango capital no hay tanto fervor, seguramente porque Nacho Mier convenció de futuras posiciones a unos, a otros los conformó y hasta dividió periodos legislativos futuros; se sacó a otros de la manga, pero en La Laguna, la cosa está ardiendo. En Gómez Palacio, quienes aún son diputados locales y querían repetir o escalar a una candidatura federal, están en son de guerra.
Desplazó, coinciden, a todo lo que tuviera el aroma a Rosendo Salgado, el polémico ¿delegado? de MORENA, que se le opuso en dos ocasiones ante sus pretensiones de imponer a un coordinador en la bancada local. Entonces Nacho no era el jefe de la fracción morenista en San Lázaro, no pesaba tanto; ahora, con su nueva investidura de poder, se cobró aquella afrenta y de paso, vengó a su patrón Mario Delgado, de quienes apostaron por Yeidckol Polevnsky en la carrera hacia la dirigencia nacional de ese instituto.
Sí, hay enojo contra Ignacio Mier; pero contra Marina Vitela, la alcaldesa de Gómez Palacio, hay rabia. No amenazan con una campaña de brazos caídos, están prestos a jugar en contra y, de entrada, le impugnarán a su candidato a diputado al D2 federal, Omar Castañeda, el polémico como poderoso Síndico Municipal, por violar la intercampaña. De ello, tienen pruebas de a montón, dicen, por tanto que publicitó sin reparo en sus redes sociales personales.
Y es que, comentan, Marina no dejó nada para nadie de otras corrientes internas. Acaparó las tres candidaturas a diputados locales con cabecera en Gómez Palacio, la federal y, aventuran, también aquella que tiene su asiento en Lerdo.
Si ya antes eran críticos de la administración gomezpalatina, ahora son feroces rivales. Pero la alcaldesa no solo enfrentará a sus enemigos internos, también afrontará la embestida de la alianza PRI, PAN Y PRD, así como de ciertas corrientes independientes y de otros partidos que, aunque en el papel chicos, los personajes tienen presencia en la región.
Por lo pronto, aquellos que se sienten desplazados, disponen de tres vías para echar abajo las aspiraciones de Omar Castañeda:
1.- A partir de su nominación, tiene cuatro días para impugnar su candidatura y, si prospera, los obligaría a cambiar de candidato ¡a media campaña!
2.- Esperar hasta a que concluya la elección. Si Castañeda ganase, a la entrega de la constancia, dispondrán de cuatro días para interponer un recurso que, de proceder, todo el proceso electivo tendría que reponerse en ese distrito, pero sin la participación de Omar y…
3.- Que un ciudadano común y decente, le pida al INE de manera directa, los resultados del monitoreo a las actividades en medios formales y redes sociales de Omar.
En cinco horas de pláticas con figuras morenistas, independientes y de otros partidos en Gómez Palacio, resultan increíbles las coincidencias contra la administración de Marina. Tienen a flor de piel –por ejemplo- el rechazo de su cuenta pública de 2019 por la EASE, con observaciones por un monto aproximado de 38 millones de pesos no solventadas y que ya corresponden a su periodo. Pero ese es otro tema muy vasto.
Mucho tendrán que hacer para zanjar esas heridas, si es que se puede, y solventar una elección que de entrada, se anticipa muy diferente a las del 2018 y 2019.
Intenté infructuosamente obtener el punto de vista de la alcaldesa, preciso.
¡Vaya desmadre!
Amaury Alvarado