Segunda y última parte.
… Opinó el joven: Estas noticias parecen tener poco o mucho de ciertas.
-Precisamente en eso estriba el éxito, hacer que la mentira parezca verdad ¿Cuál de las que leyó le parecen más verídicas?…
C o n t i u n a c i ó n…
-Esta: “Cae meteorito en Allende, Chih.” Tengo entendido que esto sucedió hace unos diez años.
-Cierto; si cayó un aerolito; pero, dice que de 9 toneladas, de las cuales: 70% de oro, 30% de platino.
– ¡Nombre, ni de chiste: El meteorito era de oro!
– ¿Cuál otra?
– Esta otra: Roban reliquia cristiana… ya ve que últimamente han robado arte sacro.
– ¡¿Reliquia cristiana con dos mil cien años de antigüedad?!
– ¡Por favor! Razonémoslo mi ocasional amigo: Jesucristo tendría para estas fechas dos mil veinte años de nacido.
Tal vez dos mil veinticinco o dos mil veintiséis, por aquello de la equivocación del Papa Gregorio XIII cuando reformó el calendario juliano.
(De Julio Cesar).
Esta otra: “cae misil…..”
– Mire joven: está datada con fecha 2 de noviembre en Calcuta, India. Para su información, allá en la India no hay cementerios; los cuerpos son arrojados a alguno de los ríos sagrados; antiquísima costumbre de la religión brahamanista.
-Caray Señor, me ha dado usted una catedra que la verdad no sé qué decir.
-Pues no diga nada, creo que ahí lo buscan. Le dijo señalando hacía el frente a una joven que hacia señas con la mano.
El fuereño se despidió amablemente y preguntó: ¿Cómo se llama Señor?
-Margarito. ¿Y Usted?
-Amaury.
Se encontró la feliz pareja, se saludaron de “abacho” y “becho” y se fueron por ahí a comer.
Ya de noche regresaron a la plaza, se sentaron en una banca a platicar y a escuchar la serenata.
De rato, se escuchó el grito de un voceador: ¡El Sol! ¡El Sol de la Media Noche! ¡Ooooh!
El novio lo llamó y le compró el último ejemplar que le quedaba.
Le dio lectura al encabezado y al pie, para luego preguntar a la novia.
-¿Hay alguna monja famosa allí en la Catedral?
-Sí. Es un efecto de luz de sombra. ¿Quieres ir a verlo?
-No. Lee esto.
– ¡Santo Dios! Exclamó “la chava”
En primera plana, a ocho columnas y con mayúsculas en rojo decía:
-¡SECUESTRAN A LA MONJA DE LA CATEDRAL!
Un comando armando disfrazados de frailes perpetraron el vil plagio ante el estupor de una docena de feligreses que rezaban el rosario.
El Arzobispo y la Secretaria de Turismo ya negocian el rescate.
En la cara del joven preguntón se dibujó una sonrisa de pícaro al tiempo que pensaba: “Me voy a dedicar al periodismo”.