EL TROPEZÓN
Allá en el San Juan del Río, hace tiempo, hubo un sacerdote bonachón, comprensivo y tolerante.
La feligresía lo apreciaba y le tenían tal confianza, que los confesantes no se cohibían al confesar sus infidelidades.
El párroco los escuchaba, aconsejaba y recomendaba alejarse del “pecado de la carne” y, desde luego: los absolvía.
Después de tanto tiempo escuchando el mismo pecado y con el fin de no entrar en intimidades, empezó a recomendarles, que cuando fueran a confesar, tan seguido, el mismo pecado, sólo dijeran que se dieron “un tropezón”.
Así lo empezaron a hacer y siguieron haciéndolo tanto hombres como mujeres.
Siendo ya muy anciano el párroco murió y fue sustituido por uno más joven y los pecadores siguieron con su tropezón.
Cuando el sacerdote escuchaba lo del tropezón, solo recomendaba: ¡Pues fíjate por donde caminas!
Un día el cura se encontró con el Presidente Municipal y después del saludo le recomendó: “a ver si les va dando una emparejada a calles y banquetas, por que viera usted: ¡cuánta gente se tropieza!”
El presidente recordó lo de “tropezón” y se rio; por lo que el cura le reconvino:
¡No se ría señor Presidente, es en serio! Por cierto, unas de las que más se tropiezan son su hermana y su esposa.
- El pecado de la carne, se consume primero: marinado y luego asado.
- “El mal te encuentra en el camino que temes para evitarlo”
- “Cuando un santo cierra la puerta el diablo entra por una ventana”
- Refrán: En los detalles se esconde el diablo.
Diccionario.
– Autotomía.- Saltar la cola para despistar
-Práctica de los gobernantes.
-Todos traemos en nuestro interior un diablo. Lo malo es dejarlo salir.